THE SALT OF THE EARTH (LA SAL DE LA TIERRA)


Documental -- Francia/Brasil/Italia -- 2014



SINOPSIS: Durante los últimos 40 años, el fotógrafo Sebastião Salgado ha viajado por todos los continentes, siguiendo la huella de la constante movilización del ser humano. Ha sido testigo de los eventos más significativos de la historia; conflictos internacionales, la hambruna y el éxodo de muchos grupos sociales marginados por distintas razones. Ahora se embarca en la búsqueda de territorios prístinos, de fauna, de flora y de paisajes grandilocuentes como parte de un proyecto que busca rendir tributo a la belleza de nuestro planeta.

Sebastião Salgado por Carlos Bertoni



"Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres" Mateo 5:13

El título del documental hace referencia a una cita bíblica cuya clave simbólica, en el caso específico del cristianismo, reside en instar a ser una suerte de mensajero que a través de la palabra y las acciones, "sazone" la fe de las personas. Por otra parte, la importancia de la sal radica también en que, en la antigüedad, tenía un valor comercial comparable con el dinero y que provocó muchas "guerras de la sal" en prácticamente todos los continentes. Wim Wenders realza entonces el compromiso que la fotografía de Sebastião Salgado mantiene con la especie humana precisamente por lo importante que son sus acciones para con la Tierra y el peligro que corre si esa sal se ha vuelto insípida. La obra de Sebastião pone en evidencia una serie de eventos que lo llevaron a perder la esperanza en la humanidad y nosotros seremos testigos de este viaje a los capítulos más oscuros de la historia reciente y un retorno triunfante impulsado por un profundo amor hacia la naturaleza.

La primera fotografía de Sebastião fue, por supuesto, de Lélia, su esposa
En una entrevista con el autor y periodista británico Bryan AppleyardSebastião cuenta que la decisión de fotografiar en blanco y negro fue producto de una cuestión técnica, ya que antes de que el film a color se popularice, los fotógrafos tenían que usar diapositivas para revisar sus fotografías y él se había acostumbrado a imprimirlas en hojas de contacto y así poder leer sus historias una fotografía a la vez. Aún luego de haber cambiado el film por el digital hace poco más de una década, sigue utilizando esta misma técnica. La otra razón para fotografiar en blanco y negro, como cuenta en otra entrevista con The Telegraph, es que él busca representar la dignidad y el carácter de sus personajes y el color distrae la atención de estos temas. Sea cual fuere la razón, hay que admitir que la abstracción de la realidad que permite una imagen a blanco y negro le otorga un significado muy especial a una fotografía que, usualmente, tiene una carga social muy fuerte.

Una hoja de contacto permite visualizar una historia

La película, sin embargo, no sigue la lógica simple de mostrar únicamente en blanco y negro la vida de 
Sebastião ya que, como cuenta el director, existe una relación muy distinta con su familia y fue aquella la que, en gran parte, lo ayudó a salir del abismo en el que había caído. No tenía sentido captar en una escala de grises este renacimiento en medio de los fascinantes colores de la selva brasilera.

La fotografía de una mujer Tuareg no vidente que
inspiraría a Wim Wenders para realizar este documental

Sebastião Salgado, el explorador

Existe una cualidad única que ofrece el viajar, y es la posibilidad de conocer realidades distintas de las que vivimos día a día. Pero si por un lado están los que visitan, por otro también están los que se ven forzados a exponerse cual atracción de circo. La globalización trajo y trae consigo toda una serie de repercusiones que han calado muy hondo en la vida de todas las personas, pero sin duda, ha dañado con mayor alevosía a aquellas sociedades que han tenido que adaptarse a estos cambios con mayor velocidad. Existen rincones alrededor del planeta donde no hay acceso a un sistema de salud siquiera básico, pero con toda seguridad hay Coca-Cola, Maggi y telefonía celular.

Lo "exótico" siempre ha llamado la atención del ser humano. Ya sea que provoquen fascinación o rechazo, nunca seremos indiferentes hacia las cosas que son nuevas para nosotros. El arte, al final de cuentas, se trata de eso: de tratar de transmitir las sensaciones que nos producen aquello que nos es extraño.

La fotografía ha sido desde sus inicios, la herramienta perfecta para posibilitar el acercamiento a estos parajes lejanos y a las personas que los habitan. En una fracción de segundo se puede capturar un fragmento de la historia de la humanidad en todas sus escalas y, si el artista así lo permite, un fragmento de su propia historia. Fue precisamente así que Wim Wenders conoció la obra de Sebastião Salgado; a  través de una serie de fotografías en una galería de Los Ángeles donde se retrataba la vida en una mina de oro en Sierra Pelada, Brasil. A los ojos de Wenders era evidente una cosa, al fotógrafo realmente le importaban las personas.

En Sierra Pelada, Sebastião Salgado sería testigo de una parte
de la historia de la humanidad: La construcción de las pirámides,
la Torre de Babel, las Minas del Rey Salomón.
Al mismo tiempo, han habido otros fotógrafos como Jimmy Nelson y su Before they Pass Away, muchas veces tachado de oportunista, que han alimentado ésta necesidad de brindarle a la gente la posibilidad de conocer personas y lugares que aún no han sido del todo violentados por estos cambios repentinos. Tal es el caso de The Wonder List, una serie para la CNN que se mueve entre el documental y el reportaje, conducida por Bill Weir y fotografiada por el gran Philip Bloom.

Ahora, lo que sucede con Sebastião, es que la fascinación que siente por experimentar el mundo a través de su fotografía lo ha llevado a sentirse profundamente conectado y comprometido con aquello que ha fotografiado. Su primer proyecto a gran escala: Otras Américas (1977-1984), le permitiría volver a Sudamérica luego de varios años de vivir en el exilio tras la dictadura instaurada en Brasil. Las epidemias de hambruna en la región de Sahel, entre el desierto del Sáhara y la sabana sudanesa; las migraciones tanto en África como en Europa del este provocadas por la guerra y los enfrentamientos entre Hutus y Tutsis son algunos ejemplos del tipo de situaciones que pudo captar a través de su lente y que lo fueron desgastando moral y físicamente.


Las imágenes que pudo captar con su cámara le causaron
una profunda decepción hacia la especie humana

Tuvieron que pasar varios años para que Sebastião volviera a sentirse capaz de emprender un proyecto fotográfico de gran magnitud. Durante todo ese tiempo, y gracias a una idea de Lélia, su eterna cómplice, decidieron recuperar la flora que en su momento habría poblado la hacienda de su familia en Minas Gerais pero que las constantes sequías habían dejado prácticamente en ruinas. Fue un proyecto que con el tiempo se convertiría en el Instituto Terra, el cual busca crear conciencia sobre la necesidad de asumir una responsabilidad ante los efectos que el ser humano tiene sobre el medio ambiente, demostrando que aún los terrenos más agrestes pueden ser recuperados. En sus aproximadamente 15 años de funcionamiento, ya se han replantado más de dos millones de árboles solamente en la vieja hacienda de la familia Salgado, ahora convertida en un parque nacional.

Antes y después de la reforestación
Wim Wenders, el explorador

Cada ser humano representa en sí mismo, un paisaje lleno de colores y experiencias nuevas. Todos tenemos una historia que contar y al igual que Sebastião, a Wim Wenders le importan mucho las personas.

Ya sea que realice documentales espectaculares como los aclamados Pina (2011) y Buena Vista Social Club (1999) o largometrajes de ficción como Paris, Texas (1984), El Cielo sobre Berlín (1987) o Hasta el Fin del Mundo (1991); Wim Wenders ha demostrado que posee una sensibilidad muy especial en lo que se refiere a retratar un personaje. Esto significa, brindarle la seguridad que necesita para que llegue a donde tiene que llegar. Esto es lo que diferencia a un gran narrador de historias de un simple testigo y si, en documental también existen personajes y estos necesitan crecer en este mundo cuasi fantástico que nosotros como espectadores, experimentamos a través de la pantalla.

Desde el inicio, Wenders nos muestra que tener a un fotógrafo delante de la cámara representa una dificultad mayor, pues uno pasa de ser observador a ser observado intermitentemente y se crea una dinámica distinta. Las respectivas cámaras los convierten en sujetos de estudio totalmente vulnerables e indefensos ante la necesidad de crear un diálogo constante al cual se han prestado voluntariamente. Esto crea un tipo de intimidad que es difícil de lograr en el cine.

Es tal vez por eso que el director escoge grabar a 
Sebastião en un cuarto oscuro, absolutamente solo, frente a una pantalla donde se ven sus fotografías para que sea él quien nos cuente la historia detrás de cada captura. Las imágenes se funden de rato en rato con el rostro de Sebastião, a quien vemos reflejado en la pantalla sobre sus imágenes, como si él fuera parte de ellas y al mismo tiempo nos interpela con la mirada mientras las vemos. Es una técnica que, más allá de ser innovadora, refuerza ésta necesidad de reflexionar sobre lo que vemos. Una fotografía no es simplemente un "recuerdo bonito" (o malo, si se quiere), es un pedazo de historia que queda grabado para siempre. En cierto punto, sobre una de sus fotografías dice: "Todos deberían ver ésta imagen", no porque lo enorgullezca, sino porque está consciente de la importancia que tiene para todas las personas hacer una reflexión sobre nuestra historia. La necesidad es la misma, sea él u otra persona quien haya tomado la foto.

Wim Wenders y Sebastião Salgado
Wim Wenders co-dirige la película con Juliano, el hijo mayor de Sebastião, quien creció con una figura paterna ausente, pero a quien siempre consideró un gran aventurero y no fue hasta que se hizo adulto que pudo acompañarlo en sus viajes. En parte para conocer los paisajes del mundo y en parte para conocer el mundo que es en sí su padre. Una dupla parecida a Tim y Paul Samaras, pero sin el desenlace tan tristemente trágico.

Poco a poco se nos irá revelando el estilo de trabajo de 
Sebastião: preciso, meticuloso, pero por sobre todo comprometido; no solamente en forma sino también en fondo.

Sebastião confesó en aquella entrevista a Bryan Appleyard que mencionaba anteriormente, que su trabajo requiere de una concentración plena y que siempre acostumbraba a cantar con los ojos cerrados mientras cambiaba los rollos en su vieja cámara análoga para no romper el trance. Tenía asistentes que se quejaban de su forma de trabajo acusándolo de que era como "ver crecer el pasto".

Sebastião y Lélia

A pesar de haber sido duramente criticado por la escritora Susan Sontag y la ex directora de la revista Vanity Fair, Ingrid Sischy, por "adornar la miseria para consumo de Occidente", el trabajo de Sebastião Salgado se defiende por sí solo. La composición preciosista de sus fotografías enaltecen y dignifican a sus sujetos y dan fin a la vieja idea de que la tragedia debe ser antiestética.

El documental cierra mostrándonos los resultados del proyecto de reforestación llevado a cabo por Sebastião y Lélia así como también las imágenes de su último proyecto fotográfico llamado Génesis, en el cual, Sebastião redescubre la pasión por la vida que había perdido tras las horribles experiencias que vivió trabajando en África.

La música, un tanto heterogénea pero muy efectiva, está compuesta por Laurent Petigand, un colaborador usual del director.

GÉNESIS - Testimonio de un renacimiento


La Sal de la Tierra es un documental muy duro, pero al mismo tiempo esperanzador. Nos lleva en  un viaje similar al que Sebastião pudo haber recorrido hasta descubrir que más allá de la perversidad del ser humano, existe un mundo que late a su propio ritmo y que está más vivo que nunca. Diría sobre su primera experiencia en las islas Galápagos: "Tuve que ponerme de rodillas para fotografiar a una tortuga que se me escapaba constantemente y solamente cuando estuve a su nivel es que me dejó hacer la captura. Entonces me di cuenta de lo importante que es respetar a otras especies de la misma forma en la que respeto la mía. No era naturaleza muerta la que estaba fotografiando".

Pocas veces me topo con documentales sobre personas que me conmueven tanto y sé que no será pronto que me tope con otro. Hasta entonces, sólo puedo agradecer que existen cineastas con la sensibilidad de Wim Wenders buscando historias tan íntimas y tal vez hacer como 
Sebastião y cantar con los ojos cerrados mientras dure el trance de ésta maravillosa película.


Haz click en el link para descargar el documental.

Si quieres descargar la música puedes hacerlo de acá.

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