CARAMEL

CARAMEL (Sukkar banat)
DIRECCIÓN: Nadine Labaki -- Comedia -- Líbano / Francia -- 2007

SINOPSIS: En Beirut, cinco mujeres se encuentran regularmente en un salón de belleza, un colorido y sensual microcosmos de la ciudad donde varias generaciones se mezclan, conversan y se cuentan todo. Layale (Nadine Labaki) está enamorada de Rabih, pero Rabih está casado; Nisrine (Yasmine Al Masri) es musulmana y su próxima boda se ve afectada por un problema, ella ya no es virgen; Rima (Joanna Moukarzel) se siente atormentada por su atracción hacia otras mujeres, en especial una amable cliente de cabello larguísimo; Jamale (Giséle Aouad) se rehusa a envejecer e inventa todo cuanto puede para poder aparentar algunos años menos y Rose (Sihame Haddad), quien ha sacrificado su vida al cuidado de su hermana mayor y que sufre de algún tipo de demencia. En el salón, sus intimidades y conversaciones giran alrededor de hombres, sexo y maternidad, entre cortes de cabello y depilaciones con caramelo.


Nadine Labaki (directora) y su esposo Khaled Mouzannar (compositor), ambos galardonados por Caramel




Layale en el salón

Líbano es un país que, si bien en los 70´s fue un centro financiero muy importante en el Oriente próximo, al punto de ser llamada la ¨Suiza de Oriente", ha estado involucrado desde hace ya bastantes años con la guerra, tanto interna, con la guerra civil entre libaneses (1975-1990), como externa, con Israel tras su ocupación en 1982 y un choque mas reciente en el 2006. Es por esta razón que tiene una influencia muy fuerte tanto del mundo europeo, como del árabe, conviviendo tanto árabes y musulmanes como cristianos en una sociedad que poco a poco se va levantando nuevamente en busca de prosperidad y una identidad propia. Caramel retrata en este sentido la vida de 5 mujeres, que van buscando su propio lugar y que les urge una necesidad de expresarse libremente, más alla de religiones, leyes y tabúes.





Caramel es una comedia, que intenta mostrar que a pesar de las cicatrices de la guerra, la gente del Líbano vive el día a día con los problemas del día a día y que puede mostrar esa búsqueda por retomar el control total de sus propias vidas sin necesidad de hablar del tema bélico, o mas bien, resumirlo a tal punto que todo se reduzca a una sesión de depilación. Layale, quien trabaja en el salón de belleza donde todo confluye, es una mujer que se ve atrapada en medio del amor que siente por un hombre casado y la ansiedad de conocer a esa mujer que no le permite ser feliz, quiere saber quién es, cómo huele, cómo se viste, qué es lo que tiene que ella no. Nisrine es por otro lado la "afortunada", ella ya encontró el amor, pero se siente aterrada de que su familia y su futuro marido descubran el terrible y oscuro secreto que esconde: ¡la virginidad ya fue! cosa que su familia musulmana tan conservadora en sus valores como cualquier familia católica de este lado del mundo escogida al azar lo es en los cristianos, va a rechazar ni bien haya la mínima sospecha. cabe recalcar que Nisrine ni usa burka, ni reza y probablemente se coma de vez en cuando una big mac con tocino. Ahí es donde entra el resto de la tropa de peluqueras/conspiradoras y la celebra tratando de que no se desanime, ya que, como quien dice: "hecha la ley, hecha la tampa", hay muchas maneras de engañar al marido. Luego está Rima, quien, aparentemente la tiene más difícil, es una mujer que se rehúsa a vestir como debiera vestirse una mujer, a arreglarse como debiera arreglarse una mujer y a que le guste lo que le debería gustar a una mujer, o sea, hombres, pero que es capaz de enamorarse como cualquier mujer lo haría, más aun si es de una bellísima clienta de cabello negro muy largo, que desde la primera vez que entró al salón, parece devolverle el coqueterío. Jamale es la aceituna sobre la torta, o al menos así se siente ella, con sus cuarenta y tantos años encima todavía cree que puede lograrlo como actriz y va de audición en audición compitiendo con chicas a quienes les dobla la edad, pero ella no pierde las esperanzas y se vale de las herramientas que pueda para poder verse más joven, aunque algunas de ellas no le resulten muy bien, es por eso que es una visitante asidua del salón, y que comparte el mismo anhelo que el resto de ellas: resolver sus problemas amorosos, claro que no se da cuenta que es el amor a ella misma el que necesita resolver. El maravilloso quinteto de mujeres lo completa quien yo considero resume el alma de la película, de la sociedad que refleja y, me voy a atrever a decir: de los miedos, las inseguridades, los sueños y la búsqueda de fortaleza que cada mujer enfrenta a lo largo de su vida, más aún estando dentro de una sociedad estrictamente patriarcal. Ella es Rose, una mujer que está entrando en la tercera edad, trabaja de costurera y ha decidido además cuidar de su hermana mayor, quien sufre de un trastorno mental, y que además de recoger papeles de la calle, se dedica a echarle en cara a Rose que está vieja y que no va a encontrar marido. Pero un día, Charles entra en su tienda buscando que le arreglen el traje y le moverá el mundo.




Nisrine, Layale, Jamale y Rima

Por un lado están los miedos que cada una de ellas tiene que afrontar y por otro lado la consecuencias de afrontarlos y que si bien, no podrían existir uno sin el otro, requiere que cada una de ellas se anime a tomar serias decisiones y vea a través de tradiciones, convenciones sociales, inseguridades, mentiras y rutina, cosas que en cierta manera nublan el poder verse como dueñas de sí mismas.






Rose tendrá que luchar por tratar de librarse de una vida que no le gusta, pero a la que ya se ha acostumbrado y de la misma manera como ella tendrá que arreglar el traje de Charles a su medida, tendrá que tratar de reajustar su vida y aprovechar la, quien sabe, tal vez última oportunidad que tendrá de encontrar a su primer amor. Jamale por su lado tiene en una mano al fantasma de la eterna jovenzuela que siempre quiso ser y en la otra a quien es, una mujer madura, hecha y derecha, pero que se está echando a perder en el olvido. Rima tan solo necesita un empujón, pues tiene el carácter suficiente como para no dejarse intimidar con miradas de espanto y que irónicamente encarna la historieta de amor más inocente y casi infantil, de la película. Nisrine es tal vez la crítica más fuerte pues no solamente cuestiona el seguir ciegamente tradiciones, sino que también reclama el poder de decidir sobre nuestro propio cuerpo sin necesidad de darle explicaciones a nadie, pero su lucha no será en contra de los valores conservadores de su familia, sino en contra de su actitud sumisa hacia ellos. Por último Layale, viva encarnación del amor inocente y entregado, de la mujer que se arregla, se viste y se peina para su hombre, de la que está dispuesta a pasar por todos los dolores por él, tendrá que aprender que no siempre es color de rosa y que si de verdad desea enamorarse y enamorar a un hombre tendrá que dejar de atender el teléfono cada vez que él llama o salir cada vez que él le toca la bocina.




Nadine Labaki, directora y protagonista

Sin ningún parecido necesario a alguna película de Almodovar, cada personaje femenino de Caramel se vuelve único y parte al mismo tiempo de todo un entretejido de emociones diarias, comunes pero que no dejan de ser complejas para quienes las están viviendo. Desde Layale hasta Rose nos dejan ver que existe un mundo bastante intrincado pero no por eso menos entretenido dentro de cada mujer y que poseen las armas que necesitan para tomar el control en cualquier momento. Como decía antes, todo puede reducirse a una simple sesión de depilación, pero prefiero no decir más y vean la película, así me van a entender.

La sesión...


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1 comentario:

  1. ...ninguna mujer podría ver está película y evitar sentirse asediada por uno q otro fantasma...y claro las más curiosas quemarse con caramelo caliente...XD

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